En el día de ayer, domingo, se celebró la Jornada Mundial del DOMUND.En nuestra Parroquia, las colectas del fin de semana han ido destinadas a estas jornadas mundiales por las misiones, que desde tantos años se vienen celebrando en la iglesia a nivel mundial.
En esta campaña del 2007 el lema ha sido "DICHOSOS LOS QUE CREEN", el cual ha servido para publicar diferentes cartas pastorales a nivel de Iglesia, y en nuestro caso la más cercana es la que nuestro Cardenal Arzobispo D. Carlos Amigo Vallejo ha publicado para la Archidiócesis de Sevilla.
A continuación reproducimos el texto completo de dicha carta:
Carta del Cardenal Arzobispo de Sevilla, D. Carlos Amigo Vallejo, con motivo de la Jornada del Domund.
El amor de Cristo me quema, no me deja vivir, quiero comunicárselo a todos.
Estas expresiones son las que dice san Pablo para manifestar lo que era la razón de su vida: hablar de Cristo, en obras y en palabras.
Queremos llevar el conocimiento, la doctrina, el ejemplo y el amor misericordioso de Jesucristo a todos los pueblos. No se trata de imponer nuestras opiniones, sino de ofrecer aquello en lo que creemos y que deseamos compartir con todos los hombres y mujeres del mundo.
Lo que no se puede es dejar de poner a disposición de los demás todo lo bueno que se ha recibido. Entre esos bienes, el más valioso y querido es Jesucristo.
Es cierto, que han cambiado mucho las circunstancias en las que se encuentran los llamados países de misión. Pero la Iglesia, como repite Benedicto XVI, no existe para adaptarse al mundo sino para evangelizar el mundo.
Actualidad del mandato misionero
La Iglesia siente con renovada fuerza que el mandato misionero de Cristo es más actual que nunca. Si Cristo envió a sus discípulos a anunciar el Evangelio, la acción misionera no es algo opcional, "sino la vocación propia del pueblo de Dios, un deber que le incumbe por mandato del mismo Señor Jesucristo. Más aún, el anuncio y el testimonio del Evangelio son el primer servicio que los cristianos pueden dar a cada persona y a todo el género humano, por estar llamados a comunicar a todos el amor de Dios, que se manifestó plenamente en el único Redentor del mundo, Jesucristo" (Congreso Ad Gentes 11-3-06).
La fe de nuestros misioneros
Dichosos los que creen (Jn 20, 29). El gozo de la fe se manifiesta transmitiéndosela a los demás y saliendo de uno mismo, de su propia casa y comunidad, para hacerse peregrino de todos los lugares del mundo anunciando el nombre y la vida de Jesucristo.
Creí en Jesús y por eso hablé de su Evangelio. Si tienes fe, no te puedes quedar indiferente ante la carencia de los demás. Una fe efectiva, transformadora del individuo y de la misma sociedad.
Tendríamos que preguntar a ese generoso número de misioneros y misioneras nacidos en nuestra Diócesis: ¿Por qué dejasteis vuestra casa y vuestra familia? ¿Qué hacéis en países tan distintos? ¿Cuáles son vuestros proyectos y los resultados que habéis obtenido? La respuesta sería más que sorprendente. Con los pocos medios con los que cuentan, realizan una admirable labor evangelizadora y de promoción humana y social.
Queremos que no les falte nuestra ayuda. Desde esta Iglesia de Sevilla, donde recibieron el bautismo, han llegado a los países más distintos. Ellos son honra nuestra; nosotros los deudores de su ejemplo y de sus obras. Pues ellos están en la avanzadilla de las misiones porque creen en Jesucristo.
Seguiremos trabajando en favor de las misiones y de los misioneros, particularmente ayudando a nuestra Delegación Diocesana de Misiones en las distintas campañas que se realizan, sobre todo en la del Domund.
Que la Santísima Virgen María, reina de las misiones, nos ayude a permanecer firmes en la fe de Jesucristo y en el deseo de llevársela a los demás.
Con mi bendición
+ Carlos, Cardenal Amigo Vallejo
Arzobispo de Sevilla
Estas expresiones son las que dice san Pablo para manifestar lo que era la razón de su vida: hablar de Cristo, en obras y en palabras.
Queremos llevar el conocimiento, la doctrina, el ejemplo y el amor misericordioso de Jesucristo a todos los pueblos. No se trata de imponer nuestras opiniones, sino de ofrecer aquello en lo que creemos y que deseamos compartir con todos los hombres y mujeres del mundo.
Lo que no se puede es dejar de poner a disposición de los demás todo lo bueno que se ha recibido. Entre esos bienes, el más valioso y querido es Jesucristo.
Es cierto, que han cambiado mucho las circunstancias en las que se encuentran los llamados países de misión. Pero la Iglesia, como repite Benedicto XVI, no existe para adaptarse al mundo sino para evangelizar el mundo.
Actualidad del mandato misionero
La Iglesia siente con renovada fuerza que el mandato misionero de Cristo es más actual que nunca. Si Cristo envió a sus discípulos a anunciar el Evangelio, la acción misionera no es algo opcional, "sino la vocación propia del pueblo de Dios, un deber que le incumbe por mandato del mismo Señor Jesucristo. Más aún, el anuncio y el testimonio del Evangelio son el primer servicio que los cristianos pueden dar a cada persona y a todo el género humano, por estar llamados a comunicar a todos el amor de Dios, que se manifestó plenamente en el único Redentor del mundo, Jesucristo" (Congreso Ad Gentes 11-3-06).
La fe de nuestros misioneros
Dichosos los que creen (Jn 20, 29). El gozo de la fe se manifiesta transmitiéndosela a los demás y saliendo de uno mismo, de su propia casa y comunidad, para hacerse peregrino de todos los lugares del mundo anunciando el nombre y la vida de Jesucristo.
Creí en Jesús y por eso hablé de su Evangelio. Si tienes fe, no te puedes quedar indiferente ante la carencia de los demás. Una fe efectiva, transformadora del individuo y de la misma sociedad.
Tendríamos que preguntar a ese generoso número de misioneros y misioneras nacidos en nuestra Diócesis: ¿Por qué dejasteis vuestra casa y vuestra familia? ¿Qué hacéis en países tan distintos? ¿Cuáles son vuestros proyectos y los resultados que habéis obtenido? La respuesta sería más que sorprendente. Con los pocos medios con los que cuentan, realizan una admirable labor evangelizadora y de promoción humana y social.
Queremos que no les falte nuestra ayuda. Desde esta Iglesia de Sevilla, donde recibieron el bautismo, han llegado a los países más distintos. Ellos son honra nuestra; nosotros los deudores de su ejemplo y de sus obras. Pues ellos están en la avanzadilla de las misiones porque creen en Jesucristo.
Seguiremos trabajando en favor de las misiones y de los misioneros, particularmente ayudando a nuestra Delegación Diocesana de Misiones en las distintas campañas que se realizan, sobre todo en la del Domund.
Que la Santísima Virgen María, reina de las misiones, nos ayude a permanecer firmes en la fe de Jesucristo y en el deseo de llevársela a los demás.
Con mi bendición
+ Carlos, Cardenal Amigo Vallejo
Arzobispo de Sevilla
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