lunes, 3 de noviembre de 2008

"LUZ DE AMARGURA" (Por n.h.d. Juan M. Espino Gordón)


"... solo faltaba que llevase a su Hijo delante para ser Viernes Santo. Sólo un detalle, no llevaba a San Juan para consolar su llanto. Pero la aurora de la mañana se vio alumbrada por su rostro, pleno de emoción y llanto en un día en el que el doblar de las campanas hacía agónica la mañana del Domingo. Parecía trasladar la luz de la Madrugada Santa a la fría mañana de noviembre. Y una vez más nos alumbró su Luz de Amargura, nos alumbró el crepitar de la cera en los hombros de sus devotos que se acercaban a susurrarle al oído palabras de consuelo para el llanto amargo de su pena. Y brilló la mañana como brilla el Viernes Santo, como brilla la luz de sus filas de nazarenos, brilló la mañana en Guadalcanal. Las calles se abrieron de par en par para acoger a la Madre de Dios, a la Reina de la Madrugada Santa, a la Hebrea Amarga que recorrió las calles rodeada del fervor de sus hermanos. Como tres luces de aurora sus mejillas brillaron con las tres lágrimas de Amargura que recorren su Divino Rostro, tocado con aires dieciochescos que recuperaban la imagen de antaño que perdimos, con aires de nostalgia al pasar por San Sebastián. En una hora dio tiempo a soñar. Faltan 158 días para que vuelva a salir a las calles a bendecirnos con su mirada. Una intensa hora que todos recordaremos mientras vivamos. Aquella mañana de Noviembre, la Luz de la Amargura hizo que en nuestras retinas volviera a renacer la amanecida esperada del mejor día del año, el Viernes Santo".

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