Un año y casi un més más de espera para por fín llegar al Viernes de Dolores. Un año entero de trabajo incesante, de devociones arrullando un paso de palio que hoy se atisba más cerca que nunca. Llegó la hora.
La hora de soñar despiertos al amanecer de una nueva Semana Santa que se avecina cargada de ilusiones y sueños. La hora de enfundarnos nuestra túnica para cumplir con el rito heredado de hacer Estación de Penitencia. Hoy llegó el momento de probar los primeros gañotes, el primer café al aroma de los naranjos de la plaza. Que poquito queda ya. Que poco que hacer, todo preparado por fin.
Se avecinan los días del gozo, como el periodista Antonio Burgos (nuestro paisano) nos decía el año pasado en el Pregón de la Semana Santa de Sevilla. Apenas unas horas y será Domingo de Ramos. Todo está consumado. Nace el sol, que parece ser que este año nos acompañará durante toda la Semana (que Dios Quiera que así sea).
Es Viernes de Dolores, y hasta aquí llegan los sueños de los cofrades. Hoy empieza la realidad, tras un año de espera.
Que el Señor y su Bendita Madre, en la Amargura de su Paso de Palio, nos den una Semana colmada de satisfacción, de esperanza y de gozo a todos los cofrades de Guadalcanal.
Así sea por siempre.
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